Gestión integral de plagas: clave para la gestión sostenible

A Fundación Viver de Bell-lloc, trabajamos con la voluntad de respetar nuestro entorno, procurando que todas nuestras acciones sean ambientalmente sostenibles. Nuestro equipo técnico se encuentra en continua formación en todos los aspectos que nos garantizan avanzar en este sentido y uno de los ámbitos es la Gestión Integral de Plagas (GIP).

Y qué es la Gestión Integral de Plagas? Se trata del examen cuidadoso de todos los métodos de protección vegetal disponibles y la posterior integración de medidas adecuadas para evitar el desarrollo de poblaciones de organismos nocivos y mantener el uso de productos fitosanitarios y otras formas de intervención en niveles que estén económica y ecológicamente justificados y que reduzcan o minimicen los riesgos para la salud humana y el medio. En consecuencia, la gestión integrada de plagas resalta el crecimiento de un cultivo sano con la mínima alteración posible de los agroecosistemas y promueve los mecanismos naturales de control de plagas.

Este sistema se aplica también a espacios verdes y está regulado por la Directiva Europea 2009/128 / CE, de 21 de octubre, que establece el marco de actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas. Tiene como principal objetivo reducir los riesgos y efectos del uso de los plaguicidas en la salud humana y en el medio y el fin de alcanzar este objetivo se fomenta la GIP, que busca pues la adopción de planteamientos y técnicas alternativas al uso de plaguicidas.

La sustitución progresiva de los plaguicidas por otros métodos, busca ya no la eliminación total de la plaga u organismo nocivo, sino llegar a unos niveles que estén bajo los umbrales de daño.

Los métodos empleados en GIP quedan agrupados en:

  • Medidas culturales o agronómicas: utilización de especies y variedades resistentes y diseño racional de los espacios, encurtidos y riegos equilibrados que favorezcan en estado óptimo de los vegetales, mantenimiento adecuado
  • Técnicas de control físico: control de malas hierbas mediante escarda, tratamientos térmicos, barreras y retirada mecánica de organismos perjudiciales, climatización y adecuación de espacio, intercepción de la luz (sombreados, mallas, acolchados ...)
  • Métodos etológicos: seguimiento de poblaciones, confusión sexual, capturas masivas ...
  • Control biológico o lucha biológica y control microbiano: uso de entomófagos, principalmente insectos o ácaros, que depredan o parasitan a los organismos plaga y uso de organismos entomopatógenos como bacterias, hongos, virus o nematodos
  • control químico, Que queda restringido a aquellos casos en que las otras medidas no resultan suficientes para el control de los agentes nocivos. Es muy importante en este sentido, tener en cuenta que además de los mencionados perjuicios en la salud humana y en el medio (que siempre se minimizan con las medidas oportunas), la aplicación de plaguicidas en parques y jardines causa también daños en otros organismos que no son objeto de control, a destacar sobre todo los polinizadores, y otros efectos negativos en el mantenimiento de la biodiversidad.

 

Así tanto en los diferentes contratos de mantenimiento de espacios verdes públicos y privados de la entidad, como en nuestro vivero de producción de hiedra aplicamos las técnicas de GIP.

Algunos ejemplos que ponemos en práctica son:

  • Medidas culturales y agronómicas: siembras y plantaciones en diferentes espacios municipales de parterres con diversidad de especies melíferas (que actúan como atrayentes de abejas productoras de miel) y que además hacen de reservorio de otras especies de fauna útil (especies que ayudan en la lucha contra los organismos patógenos)
  • Control biológico: suelta de larvas de Adalia bipunctata (Mariquita de dos puntos) y Aphidius colemani (Un tipo de avispa) que actúan respectivamente como depredador y parasitoides, para el control de la plaga del pulgón en arbolado viario
  • Control químico: cuando es necesario, y como último recurso, se utiliza el control con productos fitosanitarios, y siempre que se puede mediante endoterapia, para minimizar los efectos negativos en el medio (inyección del producto fitosanitario y / o sustancia nutricional directamente al sistema vascular de la planta). Uno de los últimos tratamientos aplicados ha sido para el control de un importante ataque de barranyiquer del roble (Cerambyx cerdo) en unas encinas centenarias.

El seguimiento de las poblaciones de organismos en el vivero, y el hecho de no utilizar indiscriminadamente productos fitosanitarios en cuando se detecta el primer ataque de una plaga nos ha llevado a poder observar que la misma biodiversidad, al ser respetada, nos permite llegar a equilibrios de poblaciones con unos niveles de plaga asumibles. Así, en la siguiente foto de una hoja de hiedra en el vivero, puede observar algunos ejemplares de Aphis hederae, Pulgón de la hiedra. Encontramos de momificados por un parasitoides y también uno que está siendo predicho por una larva del sírfido Sphaerophoria rueppellii.

Como hemos comentado, la apuesta de la entidad por la formación es fundamental para que todos estos métodos se integren en nuestro día a día. Así, trabajamos para que todo el personal que cuida de los espacios verdes y del vivero, tenga los conocimientos suficientes para poder hacer la detección y el seguimiento tanto de los organismos nocivos que pueden afectar espacios verdes y cultivos, como para reconocer la fauna auxiliar que será nuestra aliada.

Y para seguir en este camino hacia el cuidado del medio y la sostenibilidad, queda otro punto muy importante a trabajar, y es conseguir que la ciudadanía y nuestros clientes, tanto a nivel de mantenimiento de espacios verdes, como por en cuanto a la producción de hiedra, sean capaces de admitir un cierto nivel de plaga nos sus espacios y en el producto como este sistema está basado en la biodiversidad y el equilibrio de poblaciones.

 

Pat Vidiella y Parriego

Técnica del área de espacios verdes

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